Friday, April 03, 2009

Un poquito de human behaviour

Esto lo escribí allá por 2004... inspirado por la fantástica nivola de Miguel de Unamuno, 'Niebla'

¿Tenemos un solo rostro? -se pregunta el caminante.

¿Acaso hay alguien en este mundo, algún ser humano, que solo tenga una cara,
solo un rostro con el que se presente a los demás seres humanos, a la colectividad?
¿Acaso no, cada persona modifica y perfila su rostro, dependiendo de con qué seres
humanos esté en cada momento, dependiendo de quién pueda ver su rostro?
¿Acaso no, para no escondernos nosotros mismos (en nuestra totalidad), escondemos
y manipulamos lo que queremos de nuestro rostro que no se vea?
¿Acaso no nos cambiamos dependiendo de qué colectividad esté presente?
¿Acaso somos (o aparentamos, ¿y qué es ser y qué aparentar ser, no son dos términos
que nos confunden?) los mismos con uno u otro ser humano?

¿Somos lo que somos o lo que aparentamos ser?
¿Y quién sabe realmente lo que somos, sino el que conoce absolutamente todas las formas
en que nos presentamos o aparentamos ser?
¿Y quién conoce absolutamente todas?
¿Sabe alguien cuál es nuestra apariencia y cuál nuestra realidad? ¿No se confunden?
¿A partir de nuestra realidad, de lo que somos realmente, de todas las formas en las
que nos presentamos, no modificamos ésa realidad y la hacemos apariencia?

¿Sabemos nosotros mismos qué parte de nosotros es apariencia y qué es realidad?

Tuesday, March 24, 2009

Titulo?

Bueno... esto que subo ahora sí que es nuevo, hacía años (literalmente) que no escribía algo así, aunque no llega a ser ficción, pero se sale del tema económico del que vengo escribiendo desde hace tiempo.
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Puedes ver que la vida sigue exactamente igual como la dejaste a tu alrededor. Que a pesar de que sentías que el mundo se te echaba encima, realmente todo siguió su curso. Pensaste que el reloj se había parado, pero solo fue tu percepción del tiempo. El tiempo pasa independientemente de tu actitud, independientemente de lo que hagas o dejes de hacer. El tiempo está por encima de ti, como otras muchas cosas que también lo están. Tú sólo eres una minúscula gota que puebla el inabarcable océano.

Quizás esta sea la lección que nunca llegaste a aprender, y que todo hombre debe conocer y entender, desde que empieza a ser hombre. A veces cuesta darse cuenta de que lo que hacemos tiene escasa influencia sobre lo más general. Puede que lo que hagamos no interese a nadie, o a casi nadie, actuando en la soledad, como el que grita en una calle vacía y desierta.

Nosotros somos nuestro propio mundo: con el ‘yo’ y el ‘ellos’. Y cada cambio inesperado de ese mundo nos perturba y nos saca de donde estábamos, de donde nos habíamos acomodado. Esas perturbaciones nos pueden quitar el sueño y las fuerzas, incluso las ganas de vivir. Pero hay millones de mundos más, como el nuestro, y no nos damos cuenta. Cada uno de ellos sufre sus propias perturbaciones, sus propias sorpresas y su propio sufrimiento. Mientras un mundo asciende a las alturas, otro al mismo tiempo puede haber descendido a lo más bajo de la tierra. Lo mismo, pero cambiándose ellos los papeles, sucederá más adelante.

Cada mundo es como una selva personal, pero abierta a las demás. Cada uno trata de adentrarse hacia la senda que le marque un camino, pero primero tendrá que deshacerse de todos los impedimentos que se anteponen en su camino: apartarse las ramas que le nublan la vista, retirarse los obstáculos que le impiden caminar. Y muchos se quedarán aquí, sin haber cruzado la primera etapa, sin haber salido del laberinto, de la niebla, sin haber encontrado nada salvo la perdición, totalmente desorientados. Sin parar de caminar, pero caminando como aquel que busca un tesoro donde solo hay tierra seca. Sumidos en la mediocridad más absoluta, y lo que es peor, sin vislumbrar una salida.

Los menos conseguirán superar la primera etapa, pero no sin dificultades. Llegarán exhaustos y deberán escoger la senda. Será su elección, nadie podrá arrebatársela. Su propia responsabilidad, nadie podrá arrebatársela. Cargará con la culpa de equivocarse, o con la gloria del triunfo. Solo él. Solo sobre sus hombros.

Sé que en todo esto hay mucho simbolismo, analogías rebuscadas e imágenes que quizá pertenezcan a otra época. Incluso me planteo si todo esto tiene algún significado real fuera de lo metafórico.

Hasta el momento he sido deshonesto. He cargado contra ti, pero ahora me toca a mí. Me falta una cosa, es tan importante como la lección que no aprendiste. Esta completa a la otra, y viceversa. La una sin la otra están incompletas, como el hombre sin la mujer.
Y esta es la lección que trataron de enseñarme, pero que tanto tiempo rehusé de escuchar. Pensaba que lo sabía todo. La experiencia y los años dan muchas cosas, la arrogancia puede estar entre ellas.

Esta lección puede que sea el reverso de la anterior, pero no la contradice ni mucho menos: cada minúscula gota del inabarcable océano es única e irrepetible; cada mundo nuestro no es uno más. Cada uno de nosotros posee algo único, es de hecho algo único, pero lo debemos compartir, porque no estamos solos. Cada uno de nosotros es igual en su unicidad. Por ello, la grandeza del individuo reside en su unicidad, mientras que la fuerza del grupo está en darse cuenta de los demás mundos distintos del nuestro, cada uno siendo único.

Ten esto presente. Son las dos lecciones que uno debe aprender en la vida. Al menos, uno no debe morirse sin haberlas aprendido. Pero te aconsejo que las guardes en tu cabeza cuanto antes. Así llegarás alto, pero no sueñes más alto de lo que tus ojos puedan ver.

FIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIN

23-03-2009

Wednesday, February 25, 2009

Con solo un acorde

Otra más!


Letra salida el 16-07-06

¿Y sabes qué? Mi estado de ánimo puede cambiar con solo un acorde, con sólo un verso que sale de tu boca
Me manipulas con sólo una mirada, sabes cómo hacerlo

Y sabes que mi ánimo cambia
con cada acorde con cada verso que sale de tus labios
Y sabes como manipularme no tienes nada más que mirarme con tus ojos tristes

Pero no hace falta nada más
Con un poco de música se arregla todo, no hace falta nada más
Salvo un vaso de Whisky y unas hojas para escribir.
Y cantaré un poco más....

La vida sigue aunque tú hayas parado tu reloj
La vida sigue infranqueable
No se puede parar el tiempo
Eso no es cosa de hombres
Puedes inventarte cualquier excusa
Con tal de salirte con la tuya
He recorrido caminos que nunca creí que seria capaz de recorrer, he saltado murallas que siempre consideré que estaban muy altas para mi
Pero a pesar de todos estos obstáculos
Me levantaré miraré hacia delante y continuaré
Me levanté del suelo y pensé
Si no continúo yo quién carajo lo hará
En algún sitio leí que tenemos algo que hacer en esta vida, si quieres llámale misión (llámale como quieras porque a mí me da igual)
hacer que nuestras vidas sirvan como ejemplo para los demás

La vela se consume y la luz se va apagando poco a poco
cada vez me veo más sólo
Me han abandonado las estrellas que decían ser mis amigas.

Sunday, February 22, 2009

Letras variaditas

Bueno... ante la insistencia de dos "espectadoras" que han entrado algún día por aquí, actualizo!! Actualizo con letras y versos surgidos con espontaneidad en esas tocadas de guitarra e improvisaciones.

Allá va!

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Cantare un poco más

Solo hasta que las nubes descarguen su agua

Las aves salgan a volar

y el sol aparezca tan temprano como cada día

y aparece y nosotros no nos damos cuenta lo que produce

y aparece el sol pero nosotros no nos damos cuenta de .....

cada día tan puntual y no nos percatamos de su importancia

no nos percatamos de su función, porque todos los días le podemos ver desde nuestras ventanas

la cotidianeidad a veces rompe la magia de las cosas, rompe la belleza de las cosas que tenemos

por eso te cantaré una vez al mes, solo una vez, por eso cantare una vez al mes pero esta vez lo haré solo hasta que las nubes descarguen su agua


Y permaneceré como un espectador, mirare por la ventana la vida que pasa y se va

Los coches van y vienen, la gente se despide de sus seres amados, todo pasa sin que yo mueva un dedo, sin que yo mueva un dedo

Y todo pasa y todo pasará, pasará fuera de mi sin que yo mueva un dedo

Y todo lo que pase ahí fuera, todo lo que pase fuera será una anécdota más para contar a las siguientes generaciones

Yo seguiré aquí desde mi ventana, tocando un poquito y cantando otro más aunque todo se derrumbe, aunque los árboles crezcan o se derrumben, que más da

Seguiré aquí sentado desde mi ventana, contemplando todo como un espectador, seguiré sentado desde mi ventana contemplándolo todo como un mero espectador, como un mero espectador....


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Pensándolo mejor, posteo esto y dejo si acaso lo demás para otro día... que sino enseguida se me acabarán las provisiones

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Thursday, March 08, 2007

Susurro silencioso del arroyo de sus palabras

Estaba seguro de algo que escuché la mañana anterior. No sé si fueron mis oídos los que percibieron esas palabras o fue mi cerebro el que las creó. Pero la fuente de las sensaciones es lo de menos, lo que importa es la esencia de las mismas. Lo que importa de una preciosa melodía, con una preciosa voz, no es quién la reproduce, ni cómo lo hizo; lo que verdaderamente importa es lo que produce en mí, o en ti, en todos los que la escuchamos.

Creí oír unas palabras que hasta ahora viajan en el pequeño espacio de mi mente, rebotando y colisionando unas con otras; como si vinieran de un susurro silencioso salido de su voz sinuosa y suave disimulando el sonrosamiento de sus mejillas. Pero eran reales. Tan auténticas como puedo serlo yo. Porque ellas tomaron vida en mí, y una y otra vez dibujaba con mis labios:

"Como el sol del amanecer, como la luna en el crepúsculo, apareceré cerca de tu puerta, y llamaré, y tú me abrirás"

Sunday, February 25, 2007

El mundo conocido

"The Known World"("El Mundo Conocido", de Edward P. Jones, ed. Tropismos) es una de esas novelas que son capaces de retorcerte el corazón y hacer que la impotencia y la resignación sean tus sentimientos predominantes durante la mayor parte de su lectura. También es una de esas novelas en la que los momentos de crueldad e inhumanidad superan con creces a las efímeras muestras de bondad y amor. Efímeras, pero están ahí, mostrándonos las dos caras del rostro humano. El bien deambula tímidamente tratando de ocultarse por vivir en un medio tan hostil, alrededor de los hombres y mujeres que lo habitan. El bien es perseguido, mientras el mal se alimenta de acciones que le son agradables, pero nunca se sacia.

Esta es la novela de la Esclavitud (pocos años antes de la Guerra Civil), aquella institución que tanto costó erradicar, vista desde una amplia gama de puntos de vista y de personajes, pero que evita (al menos explícitamente) manifestarse en favor de uno u otro, manteniendo al narrador como simple observador objetivo de los hechos. Desfilan una gran multitud de personajes, tratados desde un enfoque bidimensional, como el hombre más rico del condado, el gran hacendado o el capataz de la plantación, Moses, un hombre solitario al que le gusta irse al bosque por las noches a encontrarse consigo mismo, que unas veces destila odio, pero otras compasión y pena. Y por supuesto, el personaje sobre el que principalmente gira la novela, Henry Townsend, un hombre negro que habiendo conseguido la libertad pasó a poseer como propiedad a personas de su misma raza. No, ellos no estaban exentos de la maldad, eran seres humanos como los blancos. Querría rescatar la escena en la que Henry les dice a sus padres (que fueron los que le liberaron) que ha comprado esclavos:

Su padre: "No vuelvas a Egipto cuando Dios ya te haya sacado de allí"
Él contesta: "Nadie me dijo nunca que eso no estuviera bien [...]. No he hecho nada que un hombre blanco no pueda hacer. No he vulnerado la ley"

La novela sirve de diagnóstico de una sociedad, la del Sur esclavista, en plena decadencia moral, que si no se desmoronaba por algo externo a ella, agonizaría lentamente caminando hacia un fin inexorable y necesario, como el soldado herido de muerte que camina hacia ningún lugar, siendo incapaz de aceptar la muerte.
Parafraseando a Lincoln en su discurso de la Casa Dividida, una sociedad en la que coexisten los hombres libres y los esclavos no puede perdurar. Una sociedad en la que una parte de los seres humanos (caracterizada por su color oscuro) es tratada como propiedad no puede perdurar. Al final explotará, parece inevitable.

En la última parte de la novela, entramos en estado de shock por todos los sucesos dramáticos que acontecen: asesinatos a sangre fría sin sentido, secuestros de un hombre libre...

Pero, tras tanta crueldad, el final nos deja ver un leve destello de luz, la luz del amor al prójimo entre esclavos. Dejando de lado el rencor que podrían sentir, una familia de esclavos da de comer y se preocupan por otro esclavo, Moses, al que le cortaron el tendón de Aquiles y yace en la cama de su cabaña, en la más triste oscuridad y soledad. La madre de la familia nunca se acuesta sin pensar en voz alta: "Me pregunto si Moses habrá comido ya".

El autor, tan inteligentemente, nos ofrece esperanza en un medio y época tan hostil, al estilo de como lo hizo Steinbeck en el final de "Las Uvas de la Ira".
La esperanza de que el bien venza al mal, y el amor se interponga a todo sentimiento de odio. Pero para eso tendremos que esperar.


PD: No quiero despedirme sin citar estas breves líneas en la primera
página de la novela:

"Era el único hombre de la zona, esclavo o libre, que comía tierra, [...] lo hacía no sólo para descubrir los puntos fuertes y débiles del campo, sino porque el hecho de comerla le vinculaba con lo único de su pequeño mundo que significaba tanto como su propia vida"

Friday, February 23, 2007

La más dulce mentira

Es la luz de la luna lo que nos abre los ojos y nos hace volver al mundo real en el que seguimos viviendo inexorablemente. Es la luz de la luna que, como el sonido del despertador cada mañana nos arrebata de los sueños de la noche y nos recuerda que debemos continuar la lucha cotidiana, nos hace conscientes del mundo imaginario e ideal en el que estábamos durante un instante, que se hizo breve y a la vez será eterno, porque ese instante será recordado, quizás no conscientemente, pero sí permanecerá, como un recuerdo que lanzamos al mar y se sumergió en él, pero que tarde o temprano resurgirá y flotará, empujado por una fuerza incognoscible e inexplicable.
La luz de la luna es el elemento real, mientras que la literatura es el elemento imaginario. Es la literatura un refugio, un mundo paralelo en el que nos movemos y del que a veces nos gustaría no salir nunca, preferiríamos no ver esa luz de la luna, para seguir en la mentira de la imaginación. La más dulce mentira, la única que merece ser vivida plenamente.

Pero al mismo tiempo que disfrutamos como niños de esta mentira, surge la eterna pregunta, melancólica, como todas las preguntas que son eternas; que escribió JMCoetzee en el final de 'Infancia' (cuyo protagonista es un niño que se afana en leer): "¿Cómo los guardará todos en su cabeza, todos los libros, toda la gente, todas las historias? Y si él no los recuerda, ¿quién lo hará?"

Espero que lo recordemos.