Sunday, January 14, 2007

Un trozo de mi corazón

"Un trozo de mi corazón", un libro de Richard Ford, un libro más de todos los publicados en todo el mundo. Quizás sea una gran obra maestra, y no sea un libro más, pero no creo.
La portada de la versión española me encanta, si os interesa está en google, un revólver apoyado en nosequé.

Se cuenta la historia de dos tipos, pertenecientes a esa "América Desestructurada" (la que algunos interesados definirían como la "América genuina, anodina, la que no sale en Hollywood, gente normal, como nuestros vecinos, que sufren las consecuencias del capitalismo americano", y todas esas cosas que se dicen) que es posible que cada vez vaya aumentando, a medida que la sociedad americana se va "ateizando" y perdiendo valores morales sustentados en la religión (sea ésta cuál sea, siempre que no se pase la barrera del fanatismo).
Estos dos tipos comparten lo mismo, el sinsentido, la falta de rumbo. Necesitan algo que no tienen, necesitan llenar los vacíos que sienten ahí adentro, en sus almas. Por ello escapan de sus lugares rutinarios, en busca de eso que les llene el agujero existencial. Ambos se encuentran en un lugar perdido de Arkansas, en una especie de campo de trabajo. Uno (casado) abandona a su esposa, en busca de otra mujer, casada, a cuyo marido temía, por la cual no sabía que sentía, algo de ella le atraía, pero no era amor. El otro no se sabe bien qué buscaba, quizás una parte de sí mismo que pensaba que encontraría. Ambos fracasaron en la búsqueda, buscaron en lugares erróneos. Al primero le traicionó la mujer, lo único que hubo entre ellos fue sexo en unos encuentros casi fugaces. Finalmente muere grotescamente, de un disparo. Una muerte absurda, trágica, desplomándose al agua como un plato que ha sido lanzado al aire para ser disparado. Quién sabe si hubiera sido más trágico el devenir de sus días, hubiera encontrado a su esposa esperándole o ya se habría largado.
El otro tipo vuelve a su vida normal, como si nada hubiera pasado, como una pérdida de tiempo. No sabía bien qué buscaba, y no encontró nada. Volvió como vino, totalmente perdido como aquel que se adentra en la selva más densa y no es capaz de distinguir ninguna senda en la tierra.

Consecuencias de la desestructuración existencial de unos personajes en los que los sentimientos se mezclan hasta formar un conjunto inconexo de ideas, de recuerdos dispersos que se amontonan en la cabeza y no sirven para nada. Un viaje que a uno lo mandó justamente por donde había venido, y al otro lo mandó al lugar donde descansan los tipos como él.